Así, la suma de los incentivos contratados con Kia significan 11 mil 600 millones de pesos, que equivalen a 11 por ciento de la deuda estatal: más de 100 mil millones de pesos.
El gobierno de Jaime Rodríguez Calderón le está cobrando mil 700 millones de pesos, que debió pagar al fisco, por la nivelación del terreno.
Esta empresa es un signo inequívoco de la nueva política en materia de maquiladoras aparatosas y medidas neoporfirianas.
En todos los niveles de decisión y operación técnica de Kia no hay otros directivos y técnicos que los sudcoreanos.
La razón política y técnica de este cariño está cifrada en algo tan elemental como el refrán: ¿A quién le dan pan que llore?
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2016/03/16/opinion/021a2pol