Pero, por encima de todo, la condena a Karadzic es importante porque mira al futuro, a Siria.
Por eso la sentencia de Karadzic habla del presente.
Aunque ni Karadzic ni Mladic se sentaron en la mesa, sí lo hizo su jefe, el presidente serbio Slobodan Milosevic.
En Siria, una guerra que tiene más similitudes con la de Bosnia de lo que puede parecer a primera vista, debería poderse encontrar una salida similar.
Sólo durante el sitio de Sarajevo, que se prolongó entre 1992 y 1996, fueron asesinadas 12.000 personas.
Fuente: http://elpais.com/internacional/2016/03/24/actualidad/1458846145_049385.html