¿Hasta cuándo?”, concluía el Centro Taurino México España.
Prefieren estas ganaderías, aunque tengan menos posibilidades de triunfar, porque implican menor riesgo.
En el resto de las divisas mexicanas tal vez haya más bravura y, por tanto, un poco más de peligro para los toreros y sobre todo para los que no saben lidiar.
Por eso la mayoría las repudian.
El afectado, en consecuencia, es el que los mantiene a todos ellos: el público o afición, lo que a las empresas les vale, pues mejor complacen a figuritas y nos siguen ofreciendo tardes y tardes de desesperante mansedumbre y aburrimiento.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2016/03/13/opinion/a11o1esp