Así, una de las sorpresas que hoy nos depara el Mediterráneo oriental es que, en este muy moderno siglo XXI, la inestabilidad de la zona ha alcanzado niveles dignos del Medioevo.
Pero la amenaza más grave al potencial energético del Mediterráneo oriental es la caída de los precios del petróleo.
En cambio, si los precios suben y nuevas tecnologías siguen abaratando los costos de producción, la energía del Mediterráneo oriental tendrá un impacto mundial que ahora es inimaginable.
Pero las naciones situadas al este del Mediterráneo también han conformado, y siguen conformando, un vecindario muy peligroso.
Egipto, Israel y Líbano podrán exportar energía.
Fuente: http://elpais.com/internacional/2016/03/12/actualidad/1457813061_623720.html