Las muestras para realizar el estudio proceden de los microorganismos de las plumas de golondrinas que habitan en Chernóbil.
“No hemos podido saber cómo era la población de bacterias antes del accidente de Chernóbil o si ya eran resistentes entonces.
¿Es posible la resistencia a la radiactividad después de Chernóbil?.
MÓNICA TORRESAunque su nombre recuerda a una de las mayores catástrofes medioambientales de la historia, Chernóbil no es sinónimo de ausencia absoluta de vida.
Lo era en la época de Chernóbil, y lo es todavía más después de Fukushima.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/03/16/ciencia/1458121286_616780.html