De un modo casi instintivo te diriges a la nevera, a ver qué hay.
Cada tanto equivale a una pastilla de colores contra el aburrimiento cotidiano de estar a 12 puntos del primero.
Y eso aún recuerda más al Madrid, que después de caer en casa contra el Atlético, estaba casi obligado a organizar una carnicería y ponerlo todo perdido para levantar el ánimo de sus aficionados.
A partir de cinco tantos es como si el partido se vertiese.
Hay un instante, cuando arrecian las goleadas, con su ruido característico, muy parecido al de una granizada, en el que sientes la tentación de alejarte del televisor.
Fuente: http://elpais.com/deportes/2016/03/06/actualidad/1457260400_339729.html