La protección que permitió sobrevivir a mi entrañable amigo Manuel Iglesias nada tiene así de excepcional.
Era Manuel Iglesias.
Conocí al “señor Iglesias” en 1969 cuando mi amigo José María entró muy contento en mi despachito de sociólogo: “¡He visto un socialista!”.
Conozco alguna trastada que hizo don Manuel durante la Junta de Casado, pero desde luego no un crimen.
En cuanto a la posguerra, conviene recordar que si vencedores y vencidos configuraron una realidad dual, mirando a las conductas individuales hubo notables excepciones.
Fuente: http://elpais.com/politica/2016/03/11/actualidad/1457715303_485223.html