R. Mi compromiso permanente es ser la voz de todos los detenidos desaparecidos, dar testimonio porque si yo no hubiese sobrevivido es lo que me gustaría que hiciesen por mí.
Me trajeron el 14 de enero de 1977 y me interrogaron y torturaron durante tres días en el sótano.
Me tuvieron tres días sin tomar agua, estaba desesperado.
Y ahí me di cuenta que con solo tres días sin tomar agua me habían convertido en una bestia y decidí que a mí no me iban a quebrar esos hijos de puta.
Y si uno quiere disciplinar un país no tiene que matar gente, sino romper los lazos de comunicación, las redes.
Fuente: http://elpais.com/internacional/2016/03/24/argentina/1458835158_751504.html