¿Cómo se atreven a pretender purificar a quien es la pureza misma, la virgen, madre de Dios?
Me rodeó, tomó todos mis ángulos, registró la fachada de mi casa y un auto que ni era mío.
Mientras, pasó tocando su campana uno de los chicos que anuncian el paso del camión recolector de la basura.
Bueno, ni siquiera en las listas en que muchos sindicatos otorgan posiciones a sus aviadores comisionados aparece tal ocurrencia.
Prefiero los protagonistas que los meros espectadores, pero la actitud protagónica tiene ya una carga peyorativa evidente.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2016/03/07/opinion/010o1pol