Tiran de otros sin preguntarles si están bien, si necesitan ayuda, si les viene bien prestársela en ese momento.
El mundo está lleno de personas víricas de diferentes tipologías, unas menos dañinas y otras malévolas que dejan memoria y cicatriz.
Con estas personas sufrirá el contagio del virus “siento que abusan de mí”, aprovechamiento y resignación.
Con estas personas sufrirá el contagio del virus desesperanza, vergüenza, incluso culpa si participa en la crítica.
La pregunta que uno se plantea siempre después de pasar un rato con las personas víricas es: “¿Y yo qué necesidad tengo de estar oyendo esto?”.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2013/03/01/eps/1362166637_204041.html