Heg se trasladó a San Francisco, donde las oficinas promueven que los empleados mediten, coman sano y se tomen tiempo para hacer deporte.
Meg He y Nina Faulhaber llevaban vidas tan ajetreadas que la ropa no lograba estar a su altura.
«Veíamos el mundo cambiando a nuestro alrededor, existen apps que facilitan las cosas, y sin embargo nuestra ropa no se actualizaba», cuentan por email.
Un momento de iluminación llevó a estas dos amigas a fundar una marca de moda que les permitiese simplificar sus vidas.
Pero Heg y Faulhaber insisten en que quieren etiquetar su empresa como una simple marca deportiva: «Nunca diríamos a una mujer lo que tiene hacer con nuestra ropa», rematan.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/03/22/estilo/1458658593_145375.html