Ir a matar en taxi choca con la leyenda grandilocuente del terrorismo, las normas de seguridad, las operativas habituales.
Lo más chocante de la logística en las masacres de Bruselas es que el subgrupo que atentó en el aeropuerto de Zaventem se desplazara hasta ahí en un taxi.
Los terroristas directamente involucrados no fueron veinte, sino cuatro o cinco; los vehículos propios utilizados, dos (un Renault-Clio y un Audi).
¿Y si se trata de estructuras muy ágiles en formato árbol-familiar, de pandillas de exdelincuentes radicalizados?
Las fuentes policiales magnifican la dificultad: el enemigo se escuda en grandes redes, en poderosas células, en una minuciosa planificación.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/03/24/opinion/1458839787_093228.html