“Oh sorpresa de mí, cuando entro en La Celestina en profundidad y me encuentro con todo un continente sumergido”.
La advertencia de su padre — “nunca te arrugues”— la puso muchos años antes en palabras Celestina: “Jamás el esfuerzo desoye la fortuna”.
“Es la obra más inteligentemente corrosiva y negra de la literatura española de todos los tiempos”, dice.
Va del escenario — “toda la calle vengo / tras vosotros por alcanzaros, / y jamás he podido / con mis luengas faldas”— a la mesa de trabajo, susurrando y dudando.
“He procurado no hacer eso en mi vida profesional, porque me dedico más a la dirección que a mí como actor y esto puede amenazar a mi Celestina.
Fuente: http://elpais.com/cultura/2016/03/26/actualidad/1459008819_421405.html