No fue el único regalo, ese gran danés, el que tuvo Vargas Llosa anoche.
Las últimas palabras del Nobel fueron para su pareja, Isabel Preysler, a la que agradeció “lo mucho que te debo”; para él, esas dos palabras, Isabel Preysler, “encierran ahora la palabra felicidad”.
En sus últimos cumpleaños Mario Vargas Llosa, que se estrenó en la literatura cuando tenía menos de 20 años, había dicho que cuando cruzara la frontera de los ochenta querría tener un gran danés, al que acariciara al atardecer, viviendo sus últimos tiempos.
El director de la Cátedra Vargas Llosa, J. J. Armas Marcelo, recibió en París estos días el primer volumen de los que la prestigiosa colección La Pleiade, de Gallimard, dedica a la obra del Nobel peruano.
Desde este lunes, cuando cumplió al fin los 80, tiene el gran danés, que le regaló su pareja, Isabel Preysler, pero ha pospuesto indefinidamente su deseo de retirarse frente al mar, acariciando semejante ejemplar de perro.
Fuente: http://elpais.com/cultura/2016/03/29/actualidad/1459206336_273750.html