Necesitan más tiempo para dar con una solución que permita reparar de una manera permanente los 580.000 vehículos diésel afectados por el escándalo de las emisiones.
Las ventas de los modelos diésel están suspendidas en EE UU desde septiembre.
Volkswagen y las agencias responsables de la protección de Medioambiente en Estados Unidos coinciden en algo.
Volkswagen pidió así una extensión para lograr un acuerdo.
Los reguladores ya rechazaron en enero pasado la solución que puso sobre la mesa Volkswagen.
Fuente: http://elpais.com/economia/2016/03/24/actualidad/1458833295_457689.html