(CNN Español) – La democracia garantiza la legitimidad de las instituciones de poder, aunque no puede asegurar su eficiencia.
En las sociedades avanzadas y estables, las acciones políticas al margen de las instituciones son recursos cada vez menos utilizados.
La idea de “tomar las calles” suele ser un artificio propagandístico poco eficaz y, a la larga, cualquier demanda obtenida a cuenta de desautorizar las instituciones legítimas, es una victoria pírrica.
Las corrientes, líderes, o proyectos políticos, que de algún modo contribuyen a la debilidad de las instituciones, a la larga son perjudicadas por ese fenómeno.
Ninguna fuerza política latinoamericana, salvo alguna que otra excepción, ha sido verdaderamente consecuente en la defensa de la democracia, en los esfuerzos por fortalecer las instituciones, ni las ha respetado escrupulosamente.
Fuente: http://cnnespanol.cnn.com/2016/04/04/ganar-las-calles-y-perder-las-instituciones/