Si alguien comprende el sentido de la palabra desaparecer es Paula Mónaco Felipe, y así nos lo muestra en su reciente libro Ayotzinapa: horas eternas (Ediciones B, México 2015).
La palabra desaparecer busca borrar a la persona y perderla en una tiniebla: ya no está, quién sabe, ya no existe.
(Palabra) perversa, le atribuye al ausente la responsabilidad por estarlo: se fue, tal vez esté en otra parte.
El 11 de enero de 1978, cuando tenía 25 días de nacida, fueron secuestrados y desaparecidos por militares argentinos .
El libro incluye una biografía y colección de fotografías de cada uno de los 43, más los tres asesinados en Iguala.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2016/04/15/opinion/016a2pol