Uno de los trabajadores del organopónico de Alamar transporta abono en un coche tirado por un caballo.
Además, el 50% de los beneficios revierte en la propia cooperativa, y el 45% restante se reparte entre sus miembros de manera equitativa.
La cooperativa se esfuerza en mantener al 100% un ciclo integral de producción ecológica y por tanto no hay tractores ni máquinas en la finca.
La red de huertos urbanos de La Habana surgió en los 90 como solución de urgencia a los problemas de hambruna y desabastecimiento de alimentos en el ‘Periodo Especial’.
Toda la producción de alimentos va destinada a un agro adjunto al organopónico, cuya tierra es del Estado, pero que la cooperativa ha negociado su cesión en usufructo a cambio de un 5% de las ventas.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/04/26/fotorrelato/1461673245_401468.html