La felicidad en la que está instalado es tan sólida y firme como el carácter irreductible que le transmite Simeone al equipo, y a la vez, tan inestable y débil como el hecho de depender sólo de Simeone.
En mitad de la noche, con la luz apagada, no hay atlético que no sienta terror imaginando ese instante.
A sus ojos, el actual Atlético significa primero música, después baile, luego sexo.
En su experiencia reciente, la temporada de fútbol, entre septiembre y mayo, es lo más parecido a un largo verano.
Los nuevos colchoneros, sin embargo, viven en un estado de estimulación nerviosa permanente, en el que cada año promete ser inolvidable.
Fuente: http://elpais.com/deportes/2016/05/01/actualidad/1462114752_494275.html