Conocí niños sufridores permanentes de dolor de muelas, buscadores de consuelo en la mano de la maestra.
Aprovecho la ocasión para manifestar que el niño Ignacio es un buen niño y nunca dice mentiras», firma la Seño Betty, como es conocida entre sus alumnos.
Conocí niñas con trenzas perfectas y guardapolvo limpio, aunque en su casa faltaba el agua.
El mensaje, sellado y firmado, iba dirigido al Ratoncito Pérez y justificaba la ausencia del diente del niño.
Conocí niñas de asistencia perfecta, envidia de Sarmiento, llegando mojadas los días de lluvia.
Fuente: http://elpais.com/verne/2016/05/03/articulo/1462270577_391064.html