En Santa Cruz, Oruro, Cochabamba, la Amazonía y el Trópico, puedes verlos por toda Bolivia solos o en parejas, como vademécum errantes que recorren durante meses todo el país.
No hay muchos jóvenes dispuestos a seguir con la tradición ancestralPara don Ildefonso, el rincón más importante del mundo es su huerto.
Porque si algo define a un kallawaya y le hace ser apreciado por todo el país es su poder de sanar.
Casi toda la guarda en los 30 metros cuadrados que tiene su jardín, donde ha conseguido aclimatar con mimo variedades procedentes de toda Bolivia.
Pero a diferencia de su padre, don Ildefonso, él sí que ha ido a la escuela.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/05/10/planeta_futuro/1462902493_378124.html