Maestre fue condenada a multa de 4.320 euros por un delito contra los sentimientos religiosos.
Tratar con la Iglesia suele conllevar el peligro de alud de argumentos religiosos frente a los legales.
En el presente caso, la conducta de la acusada, quedándose en sujetador, traspasa lo que podría ser una falta de protocolo o de saber estar.
Esa falta de protocolo y falta de saber estar sería que se quedase en sujetador en un pleno del ayuntamiento o quedarse en sujetador en una recepción oficial.
La Iglesia católica ya se quedó atrás en lo que respecta a las mujeres, los homosexuales y casados.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/05/06/opinion/1462559484_988705.html