Hace falta ser un anacoreta para no estar expuesto a ella en la calle, medios de comunicación, supermercados o escaparates de las farmacias.
Pretenderlo lleva a la medicalización de la vida cotidiana», sentencia el doctor Cosme Naveda, presidente del Colegio de Médicos de Vizcaya.
Reconoce que para ser honesto es imprescindible “buscar un equilibrio entre la ciencia y el alivio de la angustia de nuestro interlocutor.
La medicina no puede dar respuesta a situaciones que no son médicas, sino sociales, profesionales o de las relaciones interpersonales.
Pensar en depresión no debería ser su primera opción, lo que siente, probablemente, es parte normal del duelo.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/06/07/buenavida/1465286514_798567.html