La campaña electoral es una buena excusa para desempolvar un clásico: El arte de tener razón, de Arthur Schopenhauer.
Schopenhauer apunta que si el adversario se enfada con una idea, hay que insistir con el argumento.
La dialéctica es comparable a la esgrima y da igual quién tuviera «razón en la discusión que originó el duelo: tocar y parar, de eso se trata».
Estas son algunas de las tretas del libro, aplicables tanto por los candidatos como por nosotros mismos, si cometemos el error de enzarzarnos en una discusión política:1.
Es decir, si alguien cita al pobre Churchill (o a Schopenhauer), es mejor desconfiar.
Fuente: http://verne.elpais.com/verne/2016/06/13/articulo/1465835721_804186.html