Suzana De los Ángeles | @suzange | ladobe.com.mx
Puebla.- ¿Te imaginas correr varios kilómetros en un parque respirando una pestilencia a huevo podrido o excremento?, ¿te imaginas jugar con tus hijos o comer junto a un canal de aguas negras, cargadas de espuma tóxica, basura o animales muertos? No tienes que imaginarlo, esto ocurre si visitas el Ecoparque Metropolitano de Puebla.
Pero más allá del olor, el problema es lo que lo causa, 146 toneladas de desechos cada día y lo que provoca: irritación en la piel y los ojos. Una exposición prolongada aumenta la posibilidad de desarrollar cáncer, leucemia e insuficiencia renal, principalmente en niños menores de 12 años.
Esto no es nuevo, los gobiernos estatal y federal lo saben pero no hay esfuerzos reales y permanentes para revertirlo.
Un río que matan
Hace cuatro años el gobierno de Rafael Moreno Valle tuvo la idea de construir un parque público -donde en tiempos del ex gobernador Mario Marín había uno privado- de 22 hectáreas en la Reserva Territorial Atlixcáyotl, al lado de uno de los ríos más contaminados de México, de acuerdo a la Comisión Nacional del Agua, el Atoyac.
En este parque de extensos jardines temáticos y bien cuidados, con modernas instalaciones, en la zona más cercana al río todos los días y a todas horas apesta, un olor que se vuelve insoportable si hace calor y peor si se combina con lluvia.
Ahí, sin embargo, las personas corren o pedalean y las familias organizan días de campo, mientras las aguas chocolatosas del río arrastran basura o cambian de color.
Un video del 16 de marzo pasado da cuenta de ello: capta el momento en que una descarga industrial rojiza brota debajo del puente de la avenida Cúmulo de Virgo, a unos metros del acceso principal del parque.
Nota completa: http://ladobe.com.mx/2016/06/correr-junto-al-atoyac-el-rio-que-enferma/