Es el mismo problema que sufren de Columbia, Chile, Perú y Bolivia por la caída de las inversiones en materias primas.
Los técnicos dejan claro, además, que esta situación no debe ser vista como una recesión planetaria porque los datos reflejan un crecimiento, aunque muy débil.
El organismo alerta de que los riesgos van al alza y critica la “ensalada” de políticas monetarias emprendidas, que no funcionan.
Por eso, Basu insiste en la importancia de que los ahorros por el abaratamiento de la energía y las materias primas se destinen a infraestructuras, educación y formación.
El Banco Mundial señala, además, que los beneficios del bajo precio de la energía y las materias primas para los países importadores no se están materializando tan rápido como se esperaba.
Fuente: http://elpais.com/economia/2016/06/07/actualidad/1465298060_187121.html