En un país con un nivel educativo por detrás de Kazajistán, la reforma educativa es entendida más como una necesidad social que un proyecto político.
“La reforma educativa no es más que una agenda impuesta desde el extranjero y apoyada por la mafia del poder para someter al magisterio y avanzar en la privatización de la educación pública», dijo López Obrador.
Este sindicato de ultraizquierda, con 110.000 militantes, gozaba de una situación de privilegio en Oaxaca.
El año pasado, en plena espiral de violencia, las autoridades mexicanas decidieron atacar a la CNTE en su santuario.
Todas estas medidas han sido vistas como una agresión por el sindicato radical.
Fuente: http://elpais.com/internacional/2016/06/12/mexico/1465740563_572214.html