Lo más difícil de todo es que en este tiempo solo he visto a mi madre una vez, hace cinco años.
Llegué aquí en cayuco sin saber nada de España, sin conocer a nadie.
Allí teníamos más libertad de movimiento y en cuanto pude, salí a llamar a mi madre otra vez.
En estos diez años mi hermano y yo hemos pasado por muchas cosas.
Con 12 años no tenía dinero para pagar el viaje.
Fuente: http://verne.elpais.com/verne/2016/06/03/articulo/1464946855_124670.html