El gorila ‘Harambe’ en el zoo de Cincinnati.
En esta ocasión, los cuidadores llamaron a los gorilas pero solo las hembras les hicieron caso: Harambe desoyó sus órdenes y zarandeó al niño en dos ocasiones.
Medidas que impiden que se de una escena crítica que el niño y Harambe hubieran preferido no protagonizar: un dilema horrible que no debería darse nunca.
Y la muerte de Harambe cuenta con todos los condimentos para suscitar una respuesta radical.
A partir de ahí, se obliga a los zoos a tener sus propios planes de emergencias por si escapan u ocurre algo similar al caso de Harambe, en función de sus circunstancias.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/06/06/ciencia/1465166115_896965.html