La jornada estaba destinada principalmente a los jugadores meritorios como Lavezzi más que a figuras de la talla de Messi.
Una vez perdido el partido, Bolivia se entregó a la marca de Messi.
A las largas posesiones de la albiceleste, reina de la posesión en porcentajes abrumadores, solo les faltó el gol de Messi.
No siempre se marca un hat-trick y a veces ni siquiera se cuenta un gol por más que uno se llame Messi.
Las carreras del Pocho Lavezzi desmontaron a Bolivia, que al cuarto de hora ya perdía por 2-0.
Fuente: http://elpais.com/deportes/2016/06/15/actualidad/1465959906_758526.html