Es lo que una amiga periodista uruguaya llama el uso y abuso de los conectores.
Hubo una época, tanto en América Latina como en España, en que se puso de moda asegurar que había que escribir corto porque todo el mundo tenía mucha prisa.
El digital y el impreso no deben escribirse ni corto, ni largo, sino con la extensión que exija el interés del texto.
Algo parecido le ocurre al castellano o español, que se puede hacer con él todo, absolutamente todo, desde Gracián a Valle-Inclán.
Y eso nos lleva a una realidad que existe en el periodismo en español, una inflación de lo innecesario, que revela insuficiente familiaridad con la lengua.
Fuente: http://elpais.com/internacional/2016/07/02/america/1467414893_796411.html