Algunas jóvenes estaban embarazadas cuando llegaron a Italia, después de haber sido violadas u obligadas a prostituirse, según los trabajadores sociales italianos consultados para el estudio.
Son nueve de cada diez; vulnerables a caer en redes de traficantes, a ser explotados laboral o sexualmente y perder su infancia, algunos incluso su vida, por el camino.
De ella conocemos su historia, de otros 10.000 menores llegados solos a Europa desconocemos su paradero, según la Europol.
Abubacarr, de 16 años, se marchó de su casa en Barra (Gambia) cuando tenía 15 años, en febrero de 2015.
Es la alerta que lanza este martes la Agencia de la ONU para la Infancia en su informe Un peligro en cada etapa del camino.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/06/14/planeta_futuro/1465889405_860505.html