En febrero, uno de los exreos, de nacionalidad tunecina, fue denunciado por maltrato doméstico por su pareja, por lo que debió llevar una tobillera electrónica.
La integración de todos los exdetenidos de Guantánamo está siendo compleja, aunque el caso de Diyab es el más delicado.
Otro exreo más, esta vez sirio, ha llevado también tobillera por supuesto maltrato doméstico contra la uruguaya convertida al islam con la que contrajo matrimonio.
Uruguay, un país de “descendientes de los barcos” que se fundó con la llegada de seis familias en el siglo XVIII, sigue al detalle el periplo vital de los refugiados.
En medio del peor invierno que se registra en Uruguay en décadas, el refugiado no tenía calefacción ni agua caliente en su casa.
Fuente: http://elpais.com/internacional/2016/07/04/actualidad/1467667360_158652.html