Tras años de negativas y forcejeos, aceptó revisar su última y mayor baza política: la reforma educativa.
Para ello, en plena tensión negociadora con la radical y levantisca Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), el Ejecutivo ofreció su mayor tesoro, la revisión de la reforma educativa, en otra mesa y con otro interlocutor.
El Gobierno decidió romper el tabú pero sin dar la sensación de haber cedido ante los maestros disidentes.
“Lo que acuerden es sólo el resultado de dos cadáveres que se resisten a ser enterrados”, afirmó uno de sus lideres.
El anuncio cortocircuita una de las principales reclamaciones de la CNTE, la fracción disidente de la SNTE.
Fuente: http://elpais.com/internacional/2016/07/14/mexico/1468462711_339760.html