Ospina no estuvo solo en semejante momento.
Frente a Perú, en esta Copa América Centenario, nada iba a minimizar su obra.
Esa atajada fue determinante para que Colombia regresara a las semifinales de la Copa América después de 12 años de amarguras.
Para que hoy exista Ospina debió emerger el antecedente de Óscar Córdoba, que repelía misiles el día del 0-5 de Colombia contra Argentina o que se ganaba una Copa América sin recibir un solo tanto en contra; para que hoy exista Ospina, hubo un Miguel Calero showman y excéntrico; para que hoy exista Ospina debió tener un predecesor como Farid Mondragón, el gigantón que él vio llorar por televisión tras la eliminación de Francia 98.
En esta cadena evolutiva, para que Ospina existiera, debió estar antes un Efraín Caimán Sánchez, quien puso la primera piedra en esto de gestar mitos vivientes bajo los tres palos.
Fuente: http://elpais.com/deportes/2016/06/18/actualidad/1466258605_835034.html