La pregunta que no puede dejar de hacerse es: ¿qué sería hoy de Cunha si hubiese aceptado el chantaje que le ofrecía el Gobierno?
¿Cunha aún da miedo a alguien?
A Cunha ya lo ha condenado la opinión pública con mayor fuerza que los mismos tribunales.
¿si no hubiese abierto el proceso para deponer a Dilma, que estaría aún al frente del Gobierno?
Todo ello, en nombre entonces del Gobierno y a condición de que no presentara elimpeachment de Dilma Rousseff.
Fuente: http://elpais.com/internacional/2016/06/21/america/1466537235_579524.html