Hasta ese microcosmos, y con la intención de descifrar sus enigmas, ha llegado este mes la sonda Juno de la NASA.
Juno ya es el 68º satélite de Júpiter, en justa igualdad de condiciones con sus rivales en el amor.
Pero, como es habitual, la primera nave espacial que llegó a Júpiter no fue una obra de la ingeniería, sino de la imaginación.
Aunque desde nuestra perspectiva telúrica y provinciana resulte difícil apreciarlo, Júpiter es el planeta más importante del sistema solar en que habitamos.
También fue vital para el origen de la ciencia moderna y de nuestra visión del mundo.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/07/23/opinion/1469278183_392417.html