Construir un buen gobierno es como hacer una buena paella: requiere una combinación de ingredientes que, aplicados en su justa medida, refuercen conjuntamente sus cualidades positivas.
En el corazón del concepto de ese buen gobierno se encuentra una idea clave: la imparcialidad.
La idea de buen gobierno va más allá de la ausencia de corrupción.
El buen gobierno está asociado con todos los indicadores de progreso: el crecimiento económico, la estabilidad democrática, la baja desigualdad y hasta la felicidad subjetiva.
Avanzar hacia el ideal de buen gobierno no es una tarea sencilla.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/08/17/opinion/1471440152_752375.html