Le di un tubo de pasta de dientes y le pedí que la rociara encima de un plato.
Al igual que esta pasta de dientes, una vez que las palabras salen de tu boca, no puedes retirarlas.
Amy Beth Gardner, un fotógrafa y madre de Cleveland, EE UU, abordaba con su hija mayor el paso de la educación primaria a secundaria.
Cuando terminó, le pedí con calma que volviese a poner la pasta de dientes dentro del tubo.
La historia de la pasta de dientes nos recuerda a todos, de una forma amable, que nuestras palabras y acciones realmente importan».
Fuente: http://verne.elpais.com/verne/2016/08/21/articulo/1471773516_975103.html