Situado entre Rusia y Turquía, el Estado caucásico de Georgia es hoy un “islote de estabilidad” en el corazón de un “entorno geográfico turbulento”.
Georgia, que firmó un acuerdo de asociación con la UE y aspira a convertirse en miembro de la OTAN, mantiene buenas relaciones con Turquía.
Con Rusia, sin embargo, Tbilisi rompió sus relaciones diplomáticas formales en 2008 a consecuencia de la guerra en Osetia del Sur.
A diferencia de Georgia, Armenia no ha ratificado aquellos acuerdos con Ankara y su frontera con Turquía permanece cerrada.
Estas conducciones, vía Georgia, son clave para el tránsito de hidrocarburos, alternativo a Rusia, desde el mar Caspio al mercado europeo.
Fuente: http://elpais.com/internacional/2016/08/01/actualidad/1470038844_203731.html