Los diferentes actores que pujaron por uno u otro gasoducto, son todos hoy piezas clave en el tablero sirio.
En su lugar, el presidente sirio aceptó en 2010 participar en otro proyecto: el gasoducto islámico propuesto por Irán.
A Qatar y Arabia Saudí se les acusa de financiar a rebeldes e islamistas insurrectos en Siria.
La estatal rusa Gazprom provee el 25% del gas que consume Europa y sus beneficios globales corresponden a una quinta parte del presupuesto del Estado.
La construcción de los 1.500 kilómetros de conducto llevaría tres años con un coste de 9.000 millones de euros.
Fuente: http://elpais.com/internacional/2016/08/13/actualidad/1471076442_501679.html