En una fila interminable, enroscada sobre sí misma varias veces, miles de personas aguardaron hoy durante largos minutos en el centro de Buenos Aires para recibir dos piezas de fruta.
Tardaron una hora en llegar en colectivo desde Quilmes, unos 20 kilómetros al sur de Buenos Aires, pero no llegaron a tiempo: la mercancía se agotó en dos horas.
En los últimos años del kirchnerismo, los productores de Río Negro arrojaron toneladas de fruta en la carretera como señal de protesta.
«Aumentó todo, no se puede comprar ni en el Mercado Central», agrega esta ama de casa, en referencia al mercado mayorista situado en la periferia sur de Buenos Aires, mucho más barato que los comercios del centro.
«A ellos les pagan muy poco y a nosotros nos cobran demasiado», dice María desde la cola.
Fuente: http://elpais.com/internacional/2016/08/23/argentina/1471964425_077053.html