Por último, según aseguran, no hay estudios sobre el impacto ecológico de este compuesto sobre la vida de los ríos.
Ahora, un experimento con torrentes artificiales muestra que una baja concentración de anfetaminas basta para alterar el microcosmos de algas y bacterias que son la base de los ecosistemas fluviales.
En 2011, Rodríguez y un grupo de colegas analizaron las aguas del río Henares, cercano a Madrid y afluente indirecto del Tajo.
Rosi-Marshall y sus colegas también comprobaron otro efecto perturbador de las anfetaminas, esta vez sobre las bacterias acuáticas.
La biopelícula (arriba) es la base de los ecosistemas acuáticos, compuestas de algas, hongos y bacterias (abajo).
Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/08/25/ciencia/1472136593_521265.html