Saber leer, pues, es saber leer la realidad y encontrarse en disposición de estar o no estar de acuerdo con ella.
Saber leer es saber leerse, construirse, cocinarse uno mismo, en lugar de tomar la versión precongelada, precocinada, predigerida y previsible de sí que ofrece el mercado de la autoimagen.
Hay que actuar, pues, sobre el Aparato Imaginario, pero cómo actuar sobre algo cuya existencia no está reconocida.
No hay más que asomarse a la ventana o leer el periódico para advertir que la realidad es una porquería.
Aprender a leer es la premisa indispensable para interpretar la realidad, que es también el único modo de modificarla.
Fuente: http://elpais.com/cultura/2016/08/22/actualidad/1471886325_438016.html