Los dioses tenían sed y fueron a cobrarse las vísceras de un matador que apenas se vestía de luces.
Y de simbolizar la regla más temida de la tauromaquia: el toro muere, el torero puede morir.
Víctor Barrio y Lorenzo son historia.
No estaba claro que Víctor Barrio fuera a pasar a la historia de la tauromaquia, ni que lo hiciera un toro berrendo de Los Maños.
Y que no se había retirado porque de haberlo hecho no estaría en Teruel el 9 de julio de 2016.
Fuente: http://elpais.com/cultura/2016/07/09/actualidad/1468096026_793109.html