Pese a la sensualidad que la recorre, la tumba de Nefertari es eso, una tumba.
Pero sigo aferrado fielmente a la imagen de la reina y algo de mí continúa con ella allá abajo, prendido de su belleza para toda la eternidad.
La tumba fue construida a imagen del viaje al Más Allá de la reina hasta devenir “justificada en Osiris”, salvada diríamos nosotros.
Solo encontró algunos objetos y apenas unos trozos del sarcófago de granito rosa y de la momia.
La reina, aunque nos perezca a veces ligona y pizpireta, está siempre representada ejecutando los complejos procedimientos sagrados que le permitirán renacer.
Fuente: http://elpais.com/cultura/2016/08/20/actualidad/1471713845_380009.html