Por eso, los que estén en desacuerdo con este planteamiento lo tienen fácil: demuestren que funciona, y nadie pondrá pegas.
Así, la continua lucha de los colegios profesionales por resaltar su papel queda continuamente en entredicho.
Porque el hecho es que dos siglos después de su invención, la homeopatía sigue sin demostrar su eficacia.
Unos, porque de verdad se lo creen —lo cual es preocupante en unos profesionales de una disciplina científica—.
No ante la homeopatía en sí, sino ante todo lo que se ofrece sin haberlo comprobado.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/08/19/opinion/1471627023_288569.html