Dentro de unos años, los chavales que aún no han nacido oirán hablar de ellos y desearán haber vivido sus años, años en los que creerán que todo era posible.
Solo esos 9,69m corridos solo hasta las tres cuartas partes, solo su gesto abrumador en el final, le hicieron ya inmortal.
Como pareja de un vals de fin de siglo después del que nada volverá a ser como fue antes, Usain Bolt y Michael Phelps, dos gigantes, abandonaron para siempre los Juegos Olímpicos.
Al llegar a Río vivió el único momento que le hizo emocionarse en público, el recibimiento de la Villa de todo el equipo español.
Lo hará solo, en la misma soledad buscada en la que ha recorrido marchando siete ediciones seguidas.
Fuente: http://elpais.com/deportes/2016/08/20/actualidad/1471728223_733199.html