Aunque no lo parezca, Ruth Beitia está ganando una final olímpica en un estadio sin llama en el lejano Brasil.
Ruth Beitia después de saltar 1.97.
Ruth Beitia está sentada en el suelo con la espalda apoyada en un banco como una que esté de picnic en un parque un atardecer de verano.
Ruth Beitia, y con ella una entregada afición española, lo comprobó la última noche olímpica de Río.
El anhelo de todo deportista, un titular que le proclame campeón olímpico, ya no es el sueño loco de Ruth Beitia, que al final de una carrera inacabable lo ha alcanzado.
Fuente: http://elpais.com/deportes/2016/08/21/actualidad/1471737497_630861.html