Hay quienes lo celebran gritando, llorando, saltando… o, como en el caso de la luchadora japonesa Risako Kawai, tirando a su entrenador por los suelos.
El pasado 19 de agosto, nada más proclamarse campeona de la categoría de 63 kilos en la disciplina de lucha libre en Río, corrió hacía su entrenador.
La medalla de Kawai, de 21 años, no fue la primera que consiguió el equipo de lucha japonés en los Juegos de Río.
Cuando parecía que la joven iba a fundirse en un abrazo con él, agarra su pierna y le derriba con una llave de lucha.
Cuando Eri Tosaka se hizo con el oro en la categoría de 48 kilos femenino se acordó de él y lo paseó a hombros por el estadio.
Fuente: http://elpais.com/verne/2016/08/20/articulo/1471685333_079405.html